sábado, 9 de febrero de 2013

LA LUNA ENAMORADA



Yo también quiero contemplar la luna, tras el sol desde la almohada,

que nos deja la arena en la orilla del mar.

Quiero ser las olas, que te traen la esperanza y la caricia de un vaivén ondulado,

lleno de ternura por tu piel.

Quiero ser la vela, que transporte tus sueños por tormentas de delirios,

y cobijarlos en mi red.

Quiero atravesar el viento con un beso, que sientas las razones del latido más hermoso,

suspirado en la tormenta del deseo en que me inspiro,

y elevarte en lo eterno y bello, pues es belleza lo que admiro en todos tus latidos,

que comparto en mi almohada de deseos

y en caricias que nos dimos, en los mares del placer.

Y yo soy la rama que enciende tu llama,

que mantiene tu hoguera,

que cultiva tu fuego en las noches prisioneras,

donde amarnos es lo eterno de dos almas,

que se mecen por el vaivén de los seres que habitamos,

sin destino ni camino, es solo eterno aquello que hoy te brindo.

Son estos días, en los que se aproxima el inicio del comienzo,

es el paso entre el peldaño que he vivido y el que me espera,

es tan solo un espacio, que necesito para darle salida a esta partida

y atrapar el tren con destino a mi vida.



Me acaricia el alma este viento que me sopla,

entre jirones de un pasado amado,

elevo mi espíritu a lo eterno y encuentro en él,

la paz de un ser

que se inspira en amar lo que ya ame antes,

prendo la vela que ilumina el camino,

marcado por señales en dirección a un latido y suspiro.



Suspiro al encontrar la luz,

que me guía en senderos de conspiraciones enredadas,

en pensamientos arraigados en un ser diferente.


Lelahel Malak.

No hay comentarios:

Publicar un comentario