Una Rosa llegó a mis manos
con un mensaje de amor
es una Rosa Gloriosa
de luz y clamor.
Rosa mística, ella es Señora
Virgen del corazón
cada latido ella envuelve de un son,
son de cantares del cielo
para que bailemos danzantes tú y yo.
Abre bien tus oídos,
deja pasar su dolor,
pues son sus heridas
martirio, martirio de la ascensión.
Energía femenina,
que me anima
por donde tu sangre asciende,
mi mal culmina
Purificándose con tu sal.
Reactivas mi sonar,
aroma floral,
rosa de luz
y de maternidad,
tus ojos junto a mis ojos,
un solo mirar,
me envuelve de mar
tu nombre cristal.
Caminas a mi par
enseñándome a volar,
eres fresca y armoniosa,
andante madre hermosa.
Que tus pasos van
por cada rincón de esta tierra,
por donde habitan las tinieblas,
"¿Para que temerle a ellas
Si con tu manto inmaculado
y con tu corona
de rayos dorados
fulminas a los diablos?"
Ligera me haces sentir con sutileza,
pureza envuelta de belleza,
bailando por dentro tu ungüento
el que tiene el secreto para mi tormento,
danzando a través de la respiración profunda
tu aire que me inunda,
limpia, suave y cautelosa
eres tu mi Madre hermosa,
escuchas a los enfermos,
les sacas de los infiernos.
Tras tu rosario
misterios revelados,
de amor mis oraciones,
de vibraciones y sanaciones.
Amada madre mía,
tú que sufriste el desamparo,
mi corazón se consolida con el dolor de tu pecho.
De tu hijo fuiste arrancada
por darnos el gozo eterno.
Amada madre María
de ti salio la luz,
luz que penetra en cada alma.
Gracias te doy María
por concebir a nuestro
amigo y amor verdadero,
luz de vida, luz del cielo.
Profundos son tus ojos,
profunda fue la herida de tu corazón,
pero grande el regalo de tu hijo, nuestro Señor
que te llevó a la gloria cediéndote a ti, todo su honor
y ahora eres Madre de vida, Madre del corazón.
Virgen María no llores
aquí tienes mi corazón,
para que lo lleves a donde tu vayas,
para que lo cuides de cada deshechor,
pues no hay muralla que no derribes con tu manto de luz dorada,
ni corazón que se resista a tu bella mirada,
ahora Amada Madre María vuelve a sonreír,
por que eres belleza contemplativa
y por siempre tu existir.
Gracias al Padre eterno
gracias al Espíritu Santo
gracias Madre María
por escuchar mi amoroso canto.
Palabras Madre María
Sentir que no existen vacíos,
que la vida es danza
sacar de vosotros vuestra humilde alma Santa.
Si dejáis de padecer en vuestra áspera piel,
que se retira de vosotros para darle paso a esa miel,
miel de verdad del hijo de mi suspirar.
No es fácil dar lo que uno aún no ha sido capaz de encontrar,
pero es mirar, orar y reclamar porque así el Padre os lo quiere dar.
Tenéis una balanza que tenéis que equilibrar,
Si tenéis los ojos puestos en la luz de vuestro sentir,
Así es que veréis como mi hijo os vuelve a fundir
en su cuerpo de amor herido pero así,
fue tu alma en pecado
quien con su figura quedo destrozado,
para tenerte a ti siempre en su mano agarrado,
salvado de todo infierno donde no has de mirar.
no suspires, no reclines, vuelve siempre a ti el sublime,
quién te lleva de su mano y te da su gran abrazo,
no deja que te pierdas,
solo quiere que aprendas que tu vivas
el adversario para que veas lo que es sagrado,
por eso es, que te experimentas a ti misma
con un mensaje de amor
es una Rosa Gloriosa
de luz y clamor.
Rosa mística, ella es Señora
Virgen del corazón
cada latido ella envuelve de un son,
son de cantares del cielo
para que bailemos danzantes tú y yo.
Abre bien tus oídos,
deja pasar su dolor,
pues son sus heridas
martirio, martirio de la ascensión.
Energía femenina,
que me anima
por donde tu sangre asciende,
mi mal culmina
Purificándose con tu sal.
Reactivas mi sonar,
aroma floral,
rosa de luz
y de maternidad,
tus ojos junto a mis ojos,
un solo mirar,
me envuelve de mar
tu nombre cristal.
Caminas a mi par
enseñándome a volar,
eres fresca y armoniosa,
andante madre hermosa.
Que tus pasos van
por cada rincón de esta tierra,
por donde habitan las tinieblas,
"¿Para que temerle a ellas
Si con tu manto inmaculado
y con tu corona
de rayos dorados
fulminas a los diablos?"
Ligera me haces sentir con sutileza,
pureza envuelta de belleza,
bailando por dentro tu ungüento
el que tiene el secreto para mi tormento,
danzando a través de la respiración profunda
tu aire que me inunda,
limpia, suave y cautelosa
eres tu mi Madre hermosa,
escuchas a los enfermos,
les sacas de los infiernos.
Tras tu rosario
misterios revelados,
de amor mis oraciones,
de vibraciones y sanaciones.
Amada madre mía,
tú que sufriste el desamparo,
mi corazón se consolida con el dolor de tu pecho.
De tu hijo fuiste arrancada
por darnos el gozo eterno.
Amada madre María
de ti salio la luz,
luz que penetra en cada alma.
Gracias te doy María
por concebir a nuestro
amigo y amor verdadero,
luz de vida, luz del cielo.
Profundos son tus ojos,
profunda fue la herida de tu corazón,
pero grande el regalo de tu hijo, nuestro Señor
que te llevó a la gloria cediéndote a ti, todo su honor
y ahora eres Madre de vida, Madre del corazón.
Virgen María no llores
aquí tienes mi corazón,
para que lo lleves a donde tu vayas,
para que lo cuides de cada deshechor,
pues no hay muralla que no derribes con tu manto de luz dorada,
ni corazón que se resista a tu bella mirada,
ahora Amada Madre María vuelve a sonreír,
por que eres belleza contemplativa
y por siempre tu existir.
Gracias al Padre eterno
gracias al Espíritu Santo
gracias Madre María
por escuchar mi amoroso canto.
Palabras Madre María
Sentir que no existen vacíos,
que la vida es danza
sacar de vosotros vuestra humilde alma Santa.
Si dejáis de padecer en vuestra áspera piel,
que se retira de vosotros para darle paso a esa miel,
miel de verdad del hijo de mi suspirar.
No es fácil dar lo que uno aún no ha sido capaz de encontrar,
pero es mirar, orar y reclamar porque así el Padre os lo quiere dar.
Tenéis una balanza que tenéis que equilibrar,
Si tenéis los ojos puestos en la luz de vuestro sentir,
Así es que veréis como mi hijo os vuelve a fundir
en su cuerpo de amor herido pero así,
fue tu alma en pecado
quien con su figura quedo destrozado,
para tenerte a ti siempre en su mano agarrado,
salvado de todo infierno donde no has de mirar.
no suspires, no reclines, vuelve siempre a ti el sublime,
quién te lleva de su mano y te da su gran abrazo,
no deja que te pierdas,
solo quiere que aprendas que tu vivas
el adversario para que veas lo que es sagrado,
por eso es, que te experimentas a ti misma
María Arévalo García.
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