Maravillosamente cierto,
es el aire de tu desvelo
deslizándose en volandas,
de suntuoso acierto
y en guirnaldas,
de distintos colores
en cuyas ondas respaldas,
el sentir de tus olores.
Olores que son aromas,
fragancias que son perfumes,
desde lo alto de tus lomas
siento y percibo que lo asumes,
pues es impensable pasar por alto,
ese bendito e irremediable acto,
de recibir tu efluvio implícito
en tu ademán de facto.
Mezcla de fragancia natural
y aroma sin igual,
disfrazado de cierta arrogancia,
siendo incluso básico y primordial
el inhalarlo con constancia,
permitiendo al afortunado receptor,
elevarse sin remedio
a otras franjas de amor,
de colosal vibración y armonía,
cuya paz y alegría
no es comparable a nada,
ni de noche, ni de día.
Sigo entonces recibiendo,
el aire de tu desvelo,
de esa diamantina fragancia,
causando en mi el mayor consuelo
y sintiéndolo a distancia.
Sinoé Sácher Jiménez.
es el aire de tu desvelo
deslizándose en volandas,
de suntuoso acierto
y en guirnaldas,
de distintos colores
en cuyas ondas respaldas,
el sentir de tus olores.
Olores que son aromas,
fragancias que son perfumes,
desde lo alto de tus lomas
siento y percibo que lo asumes,
pues es impensable pasar por alto,
ese bendito e irremediable acto,
de recibir tu efluvio implícito
en tu ademán de facto.
Mezcla de fragancia natural
y aroma sin igual,
disfrazado de cierta arrogancia,
siendo incluso básico y primordial
el inhalarlo con constancia,
permitiendo al afortunado receptor,
elevarse sin remedio
a otras franjas de amor,
de colosal vibración y armonía,
cuya paz y alegría
no es comparable a nada,
ni de noche, ni de día.
Sigo entonces recibiendo,
el aire de tu desvelo,
de esa diamantina fragancia,
causando en mi el mayor consuelo
y sintiéndolo a distancia.
Sinoé Sácher Jiménez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario