domingo, 14 de abril de 2013

LA EXPANSIÓN DE MI ARMADURA





Siento adolescer mi alma

al expandirse en sutilidad,

como un amanecer en calma

que me reclama tranquilidad.


Esa expansión tan dura y tan necesaria

para la evolución septenaria,

perdura y se hace visible

en ademanes, ahora flemáticos ahora sonrientes,

cuyas consecuencias serán vitales y coherentes

a los actos derivados de mi ser consciente.


Al administrar dicho proceso,

sin comerme mucho el seso,

me dispongo a dejar fluir el alma y el sentir,

pues no hay más opción que vivir.


Cuando la sombra del delirio

esté conquistando mis últimos momentos,

sentirá mi ser un gran alivio

al liberarse de su envoltura,

de esa piel densa y dura

carcomida por los años,

curtida y sin retroceso,

será pasto en el camino.


Me veré postrado en el lecho

en cuyos muelles descansé,

en cuyas sábanas amé

y en cuya almohada lloré,

mas me queda un buen trecho

para alcanzar lo que siempre anhelé,

esa otra existencia

a la que realmente pertenece mi esencia

y a la que no me negaré.


Me iré pues despidiendo de mi antigua armadura,

agradeciéndole su amable cordura,

discúlpame si te maltraté.



Sinoé Sácher Jiménez.

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