sábado, 14 de septiembre de 2013

POR TÍ, AMIGO!






Por ti doy un quiebro a la vida y me río,

querido amigo.

Y como el viento que pasa por tu puerta,

salió el sol en entre las nubes del extraño lugar,

donde la niebla partía hacia rincones,

donde los latidos hacen eco,

donde el palpitar de los sentimientos,

es castigado por florecer

y luego son reclamados en estampidas,

de bellos sueños allá quedados,

donde resultan los rastrojos

de quienes fueron desde el alma

y sin embargo ahora tan solo recuerdos,

tropiezan y surge desde el beso lanzado al viento

que hoy ha vuelto y ahora mi latido esta afligido,

por el beso mas eterno jamás entregado,

y ponerle nombre al miedo y arrancarle el coraje a un lugar,

porque es un nudo en la garganta

y las espinas no se deben tragar.

Allá quedo todo aquello que,

sin decirnos nos dijimos todo,

donde el barro alcanzó mas allá

de los rincones escondidos,

donde atrapábamos minutos que no eran nuestros,

pero siempre luciendo el sol de entre las sombras,

yo te mimo y te admiro y te arrullo,

entre mis más queridos amores de “te quieros impronunciados”,

por la estupidez de una lengua vaga

que tropieza en el escalón de la estupidez.

A pedradas jugábamos en los pasillos de este camino,

qué es la vida donde duele lo que amamos

y por ello es que vivimos,

cultivando en cada esquina los latidos

que son tuyos y no míos,

ahora entre mordiscos y ladridos del pasado

y este presente desvanecente te guardaré sin olvido,

te amaré entre latidos de cicatrices,

por los años ya vividos y nunca olvidados.



Lelahel Namasté.



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