A ese hastío doblegador,
de banda ancha,
demoledor
y con ganas de revancha,
hay que darle de lado,
mirarle de reojo,
cogerle despistado
y tirarlo al pozo,
antes de caer tu al vacio,
sin sentir el gozo
de trascender el hastío,
recoge los efluvios
del poso de tu sentir
y expándelos como mil Vesubios,
en dos tempos, vivir y revivir,
luego ata en tu embrión más dorado,
ese sueño
del cual aun no eres dueño,
lánzalo al universo callado
y de él será retornado en Si,
se honesto en el proceso,
limpio en el sentir,
no hables en exceso,
vive y deja vivir.
Sinoé Sácher Jiménez
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