domingo, 8 de diciembre de 2013

LA ROSA Y TU







Piensa que la rosa,

sin tu aliento no es rosa,

se alimenta de la bocanada expirada,

tras ser atendida por tu olfato,

es entonces en tu suspiro exhalado,

cuando la rosa se hace eterna,

bella y sin espinas,

es cuando le entregas el amor emanado desde el alma,

al sentir la vida que ella te entrega en tan solo...

una bocanada de aire eterno.



Anhelamos los suspiros,

que llegaron del latido,

soportamos los tormentos

ya pasado y vencidos,

conocemos los caminos

que un día nos llevaron,

encontramos el abrigo

de los amores caducados.



Me elevo y contemplo la brisa en viento,

lluvia que moja por dentro,

sol que calientas las almas entregadas,

que compartes mis latidos,

que derramas tus palabras,

Agua que arrastra lamentos

y se convierte en alegría,

florecen los hallazgos de los abrazos en compañía.



Quisiera amar este centro y lanzarlo al universo,

gozar de los encuentros sin dilatar este suspiro,

que por amor lo entrega,
y por amor ha vivido.



Lelahel Namasté.

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